👉⚽TRANSPORTE DE OXÍGENO
Al inspirar (inhalar), el aire que contiene aproximadamente un 21% de oxígeno (O2), fluye hacia los pulmones. Una parte del oxígeno en los pulmones se difumina hacia la sangre a través de una compleja red de sacos aéreos, y es transportado después hacia los músculos y diferentes órganos del cuerpo. El sistema de transporte de oxígeno se compone del corazón, los vasos sanguíneos y la sangre (ver Figura, Fisiología Básica 1).
La mitad derecha del corazón bombea sangre de bajo contenido en oxígeno hacia los pulmones para reponer el oxígeno. La sangre oxigenada fluye entonces hacia la mitad izquierda del corazón. Cuando el músculo cardíaco se contrae (pulsación), la sangre es bombeada a todas las parles del cuerpo a través de los vasos sanguíneos. Cuando la sangre llega a un músculo, fluye hacia vasos sanguíneos más pequeños (capilares) donde una parte del oxígeno y de los nutrientes de la sangre, tales como hidratos de carbono y grasas, son liberados para ser usados por los fibras musculares. Dentro del músculo, los nutrientes se descomponen químicamente en un proceso que requiere oxígeno, dando como resultado la liberación de energía. Uno de los productos de desecho de esta producción de energía es el dióxido de carbono (CO2 ), que es transportado por la sangre hacia los pulmones donde es eliminado al espirar (exhalar).
A continuación se describen en detalle los diferentes componentes del transporte de oxígeno.
VENTILACIÓN (RESPIRACIÓN)
E1 aire es llevado hacia los pulmones mediante la contracción de una lámina muscular en forma de cúpula sita encima del estómago (diafragma).
Cuando el diafragma se relaja poco después, el aire de dentro de los pulmones es exhalado. Este movimiento de aire hacia dentro y hacia fuera de los pulmones se llama ventilación, y el ritmo de la ventilación puede determinarse midiendo la cantidad de aire que es exhalado en un minuto. En estado de reposo, la ventilación es de unos cinco litros de aire por minuto (l/min). Durante el ejercicio, la ventilación aumenta debido a la mayor demanda de oxígeno en los músculos pudiendo llegar a los 100 l/min en individuos no entrenados. Para atletas extremadamente bien entrenados puede superar los 200 l/min. La ventilación máxima puede incrementarse con el entrenamiento, por ejemplo, la ventilación máxima media de un grupo de jugadores daneses aumentó desde aproximadamente 142 hasta 148 l/min después de cuatro semanas de entrenamiento intensivo (ver Figura Fisiología Básica 2).
Hay varios factores que pueden afectar a la ventilación. Por ejemplo, si la cantidad de oxígeno en el aire es reducida el cuerpo intenta compensarlo inhalando más aire. Esto se ve ilustrado por los descubrimientos de un estudio con los jugadores del equipo nacional danés de los mundiales de 1986. Estos llevaron a cabo unas sesiones de entrenamiento submáximas de ejercicios al nivel del mar y a una altitud simulando la de la Ciudad de México (alrededor de 2.300 metros por encima del nivel del mar), donde el aire contiene menos oxígeno. Se observó que la ventilación de 105 l/min a esta altitud era 15 l/min más elevada que al nivel del mar.
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